EN PRIMERA PERSONA | INÉS HARRINGTON
La Harri, como la llaman los chicos.
Ella es licenciada en Ciencias Políticas, hizo como segunda carrera el profesorado universitario. Continuó otros trayectos de formación relacionados con la educación, que la ayudan a continuar considerando que “nuestros adolescentes te abren las puertas a un mundo que nada tiene que ver con nuestras trayectorias académicas, barren todas las certezas y te interpelan desde una propuesta que inicia otro vínculo. Te dicen… “Convenceme, te voy a evaluar con mis códigos para autorizarte a que me enseñes”.
Entender eso es un avance enorme en la posibilidad de entrar al aula y vincularnos desde otro lugar”. – Afirma con una sonrisa
Apasionada en lo que hace, ingresó al cole en 2008, participó de la formulación del actual proyecto pedagógico institucional y hoy es profesora de Formación para la Vida y el Trabajo, Coordinadora de Ciencias Sociales y Coordinadora de CAS (Creatividad, Arte y Servicio) del Bachillerato Internacional.
En su relato da cuenta cómo la identidad de nuestro colegio impregna una propuesta educativa de calidad.
“Esta cultura identitaria se advierte en la forma de trabajar del equipo docente, se proyecta en los estudiantes y hace huella en nuestros egresados”.
Inés… ¿Qué crees que hace especial a la educación en el Colegio Alemán
Trabajar y estudiar en el Colegio Alemán garantiza el acceso a muchos recursos pedagógicos que hoy no están disponibles en todas las instituciones. Tecnologías, información, espacios, viajes, conferencias, vinculaciones institucionales, todo eso facilita que las oportunidades educativas se conviertan en posibilidades reales.
Pero sólo con los recursos no alcanza, el colegio trabaja por proyectos, aprendemos desde los proyectos y eso hace que esos recursos de los que hablamos inicialmente tengan sentido.
La optimización del tiempo, la lógica de trabajo en equipo, la apuesta institucional por proyectos educativos, colaboran en la continuidad y la solidez de la propuesta educativa. La cultura alemana tiene mucho de esto y el colegio también.
¿Cuál crees que es el propósito principal en la formación de nuestros adolescentes?
Tal como lo señalan los marcos legales, la formación ciudadana constituye el propósito de la educación de los adolescentes y jóvenes.
Desde las ciencias sociales aprovechamos todo lo colateral, como los viajes y salidas educativas, el Grupo Arca de participación estudiantil, las jornadas de prevención, ESI, el proyecto Carrozas, para educar en la construcción de consensos, en la confrontación, la resolución de problemas, los liderazgos, la autogestión… ahí nuestros estudiantes tienen que resolver un montón de situaciones que los vincula a la vida en sociedad.
Confío en la educación siempre, como quien confía en lo sembrado.
Sin duda no es algo que se pueda ver en el tiempo que dura un recorrido académico. Muchas veces aparece en la universidad, en el trabajo… y tiene que ver con cómo enseñamos a los chicos a resolver conflictos, con que puedan ver cómo lograron liderar un proceso para una colecta del día del niño en el barrio Argüello Lourdes, con cómo lograron destrabar cuestiones como la decepción, el engaño, la amistad, el amor, los ideales... Todo eso que se da en los vínculos y los atraviesan, lo ponen en juego en situaciones concretas.
¿Cuáles crees que son algunos de los granitos de arena que contribuyen a los que hoy necesitan nuestros estudiantes para enfrentarse al mundo laboral?
Cuando entro al aula sé que estoy formando ciudadanos. Estoy frente a quienes van a construir los caminos y puentes, mi ciudad, y van a dirigir los destinos de la sociedad en la que quiero vivir.
Si no cuestionamos con los estudiantes lo que pasa con nuestros basurales y el plan de diseño de nuestra ciudad, la convivencia en las instituciones y tantas cosas más, vaciamos de sentido todo lo que puede ser un proceso de legislación enseñada en aula.
Si yo no puedo visualizar eso, si sólo entro al aula a dar un recorte de contenidos que rápidamente olvidarán, si no puedo ver en mi trabajo todo lo humano que se avizora, tendría que retirarme.
Hoy las búsquedas de perfiles profesionales no indagan acerca de los promedios o de los conocimientos curriculares adquiridos, eso lo indica el título.
Sin duda lo que hoy se requiere son habilidades de resolución, adaptación, indagación, etc. ¿Cómo te resolverías trabajando tres meses afuera?… Nuestros intercambios permiten eso; situarlos en contextos sumamente complejos para ellos, difíciles, desconocidos y en otra lengua, adaptándose a otra familia, a las reglas de otro país donde éstas se cumplen a rajatablas.
Toda esta inmensidad de aprendizajes los transitan y se los apropian en la adolescencia.
“Creo que la educación transforma y humaniza. Consciente de este inmenso poder, ser educadores exige un gran compromiso de nosotros y una responsabilidad ilimitada con los otros y con el futuro”.
¡Mil gracias Inés!