En Primera Persona | Brigitte Haar


Brigitte Haar, ex alumna, docente, directora de nivel secundario, mamá de Carolina y Gonzalo, ya egresados y de Tomás y Martina alumnos de la secundaria.

Preguntarle por el Colegio Alemán abre un sinfín de respuestas que atraviesan todas las etapas importantes de su vida pero sin duda este camino está colmado de muchos buenos momentos y recuerdos. Elegir el primero que se le venía a la cabeza le resultó difícil.

Si tengo que elegir uno… LATERNENFEST… esa construcción conjunta con mis padres que me acompañaron…  y el intercambio a Alemania”

Los intercambios culturales a Alemania fueron una constante con muchas variables, su experiencia como alumna fue muy distinta a la de sus alumnos y a la de sus hijos.

“En esa época era muy diferente, eran 4 meses, llegábamos a Alemania y nos decían vos vas a tal familia y no había un trabajo previo de preparación, tenías que arreglártelas y era el desafío de estar solos. No había redes sociales, si había un sostén como grupo, las llamadas telefónicas eran caras, había cartas… tampoco era tan común realizar viajes de tanta distancia, realmente era un hito del colegio”.

Como acompañante docente la experiencia fue muy distinta…

“acompañar a un chico desde la soledad era algo que yo no me lo había planteado antes, personalmente había vivido el intercambio como algo natural, no me costó adaptarme y de repente fue un gran desafío esto de acompañarlos  en “me siento solo”, en sus miedos o tener que explicarles cuestiones de la cultura alemana que para ellos era algo nuevo. La despedida en la estación de tren y el abrazo a sus familias fue muy significativo”.

Como mamá…

…“a mí me pasó diferente que a otros padres, disfruté mucho como alumna, como siempre estaba en todos los preparativos, las cosas fueron muy naturales y se los fui transmitiendo a mis hijos en lo cotidiano. Quería que hagan una experiencia en el extranjero… para ellos no era tan desconocido porque la cultura alemana siempre estuvo muy presente en mi casa. De todos modos cada uno transitó distintas experiencias.
A Gonzalo le tocó una familia con mucha contención, a Carolina la soledad… tenía un hermano que no le hablaba y no hacían programas con ella. Como mamá tuve momentos de mucha contención hacia ella.
Cuando nos reencontramos en Berlín y nos dimos ese abrazo, sentí ese “necesito amor de mamá…””

Este año, se cumplieron 30 años de tu primer día de trabajo…

“Empecé como auxiliar de alemán en jardín de 4 años bajo la dirección de Elizabeth Pereyra que me puso a aprender de una gran docente Silvia Rivero. Lo recuerdo con mucho entusiasmo de enseñar el idioma y la cultura alemana”.

Hoy con el desafío de la dirección del Nivel Secundario y el proyecto del Bachillerato Internacional…Cómo ves el Colegio Alemán del 2030?

“Egresados mucho más comprometidos con la sociedad y las problemáticas mundiales, el egresado de hoy tiene como parte de su formación que lo hacemos ciudadano del mundo, que está involucrado en lo social, en el cuidado del medioambiente y en las nuevas tecnologías.
Los papás, son padres que se están apoyándonos en esta nueva realidad y en ese sentido ellos van acompañando este proyecto.
Tenemos y queremos alumnos mucho más curiosos, más críticos con su realidad, que posean más herramientas para la resolución de problemáticas y tiene que ver justamente con esta conectividad que tienen.”

Por qué elegís el Colegio Alemán?

“Por la trasmisión de valores: respeto por el otro, a la tolerancia, a la diversidad y hay una frase que dijo el profesor Augusto Muñoz que para mí debería seguir … “cuando los conocimientos crecen con los afectos”.
No hay conocimiento si no hay afecto hacia nuestros alumnos, hacia nuestra familia. Los alumnos aprenden si hay un vínculo afectivo con el docente. Me parece que esto está muy marcado en nuestro colegio.

 Por último, qué es el Colegio Alemán para vos?

“Creo que lo que soy hoy como persona tiene que ver mucho con este colegio. No solo fui alumna, soy docente, soy directora y soy mamá, en todo mi ser tiene mucho que ver mi transcurrir en este colegio.”

Gracias Brigitte